sábado, 3 de marzo de 2012

Zanahorias para morirse de gusto

Algunas hortalizas evocan épocas pasadas. La niñez con Bos Boni (por cierto hoy ponían Space Jam no?¿), la carne asada con patatas y zanahorias a lo pobre (nunca mejor dicho) del comedor del colegio, hecha tiras en la ensalada en un restaurante chino que no aciertas a pillarlos con los palillos,.... 

¿Por qué dedicar un post entero a la super zanahoria? ¿por qué es naranja? ¿por qué tiene propiedades buenas para la salud? Pues no gentecilla del bosque. Aparte de gustarme en cualquier tipo de forma y estilo, descubrí hace poco que puede ser un elemento tremendamente sabroso para la repostería. Tienen que tener en cuenta que mi madre es una gran cocinera, tuvo una buena maestra en mi abuela que hacía una croquetas que no he vuelto a probar unas igual en la vida. 

Reitero: es una gran cocinera, pero no una gran repostera. Buena sí, porque le salen unos flanes buenerrimos pero tampoco tiene mucho conocimiento de otros postres. 
Así, inexpertas que somos las dos, hace unos meses una compañera de su trabajo le facilito una receta sencilla sobre un bizcocho de zanahoria. Es sencillo y fácil, pero sólo marcaras la diferencia en la calidad de los productos que utilices, así como en el amor que pongas que, aunque parezca un tópico, es totalmente cierto. 

Los ingredientes son:
- 3 zanahorias
- 3 huevos
- 1 taza mediana de aceite
- 1 puntita de sal

Los trituramos todos los ingredientes anteriores en una turmiz o trituradora de vaso

En un recipiente grande: echar esta mezcla y añadir:
- 2 tazas de azúcar
- 3 tazas de harina
- 1 sobre de Royal

Horno aprox. 35 minutos a 180º

Bien ahora mis consejos:
1. Suele elegir tres zanahorias hermosas, las pelo, las lavo bien y las corto en varios trozos y luego las trituro bien para que luego con el resto de ingredientes en la batidora no queden tropezones.
2. Los huevos suelo utilizar gordos morenos porque me gustan más. Puede que sea una manía nada más pero oye cada uno tiene las suyas.
3. El aceite extra de oliva.
4. Las tazas para el azúcar, preferible que sea moreno, y la harina (de repostería o bollería si puede ser mejor) son las mismas para que las proporciones sean las mismas.
5. Unto con mantequilla el molde.
6. El molde es mejor que sea grande de ancho porque si es de alto a mi me suele ocurrir que al final de me rompe un poco porque es demasiada mezcla para el recipiente. Si eso también podéis dividir la mezcla en dos moldes y os aseguráis que no se rompe.

Os pongo unas fotos de la última vez que lo hice, la semana pasada, como regalo por la invitación a la casa de una amiga que íbamos a estar el finde. Espero que os sirva de algo.
Preparando los instrumentos e ingredientes

Primera fase


Ahora no lo parece pero estará buenisímo

Lado malo (aburrido) de la cocina

Fusión del núcleo

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